Es un espectáculo de juego público donde seis payasos y 4 músicos transitan por el espacio con espuma de carnaval y pelotas grandes implicando al público en su juego, creando así un ambiente de diversión y sano esparcimiento.
Durante una hora el público podrá disfrutar como un niño de juegos y situaciones absurdas propuestos por estos personajes profundamente humanos.
El espectáculo transcurre en un rompimiento constante de la cuarta pared donde la relación payaso-espectador se da de una forma horizontal y donde el estatus del payaso será siempre inferior al del público.
La risa espontanea será la constante en este espectáculo.